Prometi sore la tumba de mis ancestros
no volverte a escribir nunca más.
Hoy en esta incipiente primavera
me siento extranjero en mi propia tierra.
Extranjero soy y añoro tu amor
y el simple placer de tocarte con mis manos.
alejado de tí me encuentro y muero recordando.
Tu sóla imágen me estremece.
Conjuro esa hora en que te conocí.
Y la llamo de entre mis mil días, la más perfecta.
Dime: ¿cuándo dejaré de extrañarte?
Y estoy frente al buzón, sobre en manos temblorosas.
Temeroso de mis antepasados que podrían tomar venganza
de haber abjurado de ellos en tal cobarde acto:
como es el de escribirte este Te Amo y Te Amaré eternamente.
domingo, 19 de agosto de 2007
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