
Olor fresco entra aquí: llegas tú con tu perfume, que sabe a rosas.
Retiras vestigios de viejas humedades que han impregnado mi vida.
Bienvenida a mis días, preciosa.
Penetra a esta, la que quiero sea tu futura morada, a la que ansiarás regresar al final de cada jornada.Ayúdame a olivar tanto dolor, tanta desesperación, tanta melancolía.
Ven, pasa: éste este es tu hogar, tu lugar.
Te cobijaré bajo mis brazos: hagamos que todo lo demás parezca absurdo.
Te estaba aguardando impaciente: mesa tendida y candelabros encendidos.
Para que no veas tanto dolor he escondido en el closet viejos recuerdos. He barrido bajo el tapete estúpidas lágrimas derramadas por otros corazones y me he vestido con mi mejor traje.
Sólo espero que tus ojos penetrantes no logren ver los fantasmas que han quedado aquí. Pues ellos observan este incipiente amor repitiendo a coro una y otra vez: no funcionará, no funcionará, no la podrás olvidar.
Y yo para no verlos cierro mis ojos y huelo tu frescura. Ya nada más me importa, aunque aún no pueda decir que te amo.